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Copenhaguen, de Michael Frayn, en el Parc Científic Barcelona

By 5 de junio de 2009No Comments
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 05.06.2009

Copenhaguen, de Michael Frayn, en el Parc Científic Barcelona

El lunes 8 de junio tuvo lugar en el Auditorio Antoni Caparrós del Parc Científic Barcelona (Baldiri Reixac, 4) la lectura dramatizada de la obra de teatro Copenhaguen, de Michael Frayn, que intenta aclarar que sucedió durante la entrevista que tuvo lugar en 1941 en Dinamarca entre el físico Niels Bohr y su homólogo alemán Werner Heisenberg. Ambos conversaron sobre la posibilidad de construir armas atómicas y hacer uso en tiempo de guerra, pero su diálogo es todavía una incógnita, ya que las versiones que dieron posteriormente sus protagonistas fueron diferentes. La versión catalana y la dirección de la obra ha corrido a cargo de LLorenç Rafecas. En la lectura participaron actores tan populares en Cataluña como LLuís Soler (Niels Bohr), Mercè Pons (Margrethe Bohr) y Àlex Casanovas (Werner Heisenberg).

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La obra se estrenó en Londres en 1998 y consta de dos actos y tres personajes, que son los dos físicos premios Nobel y la mujer de Niels Borh, que también estuvo presente en el encuentro.

La versión de Heisenberg de la conversación fue descrita por el periodista científico judío Robert Jungk en su libro «Brighter than en Thousand Suns: A Personal History of the Atomic Scientists» (Harcourt Brace, 1958). Según el libro, Heisenberg quería garantitzar a Bohr que su equipo haría lo posible para evitar la construcción de una bomba atómica, siempre que el grupo especialista en energía nuclear del bando aliado también acordara hacer lo mismo. Como la policía secreta alemana vigilaba de cerca a Bohr, Heisenberg quería advertir ímplicitament a su colega del riesgo de investigar en este ámbito en la situación de guerra que vivían.

La versión que dio Bohr del encuentro fue, sin embargo, muy diferente. En respuesta a lo que explicaba el libro, indicó que aunque intuía que el deseo de Heisenberg era conocer su situación en un momento conflictivo por la ocupación, se sorprendió de la convicción de éste en la victoria alemana y que afirmara que si la guerra se alargaba, se decidiría a través del uso de armas atómicas. Por eso, le sorprendía que después afirmara su intención de no hacer uso de ellas. Bohr indicaba también que no tuvo conocimiento de los avances que en este ámbito se estaban llevando a cabo por parte del bando aliado hasta unos años más tarde. Estas consideraciones se conocieron a través de un conjunto de cartas que sus descendientes publicaron después de su muerte.

Una versión bastante aceptada es que Heisenberg colaboraba con el regimen nacional socialista y que el obteivo de su visita era conocer en qué punto se encontraban los avances en la fabricación de la bomba atómica en las filas aliadas, y quizás también un intento de conseguir la colaboración de Bohr con su equipo.

No obstante, hay muchas otras versiones, tanto por una parte como por la otra, y el tema ha generado una polémica que ha sido objeto de debate durante muchos años. Aunque se considera que Frayn es más partidista de Heisenberg, lo más sorprendente es que en su obra los tres personajes conversan después de su muerte y por lo tanto, lo hacen con sinceridad, expresando sus miedos y sentimientos reales. Hablan de la amistad que los une, de su pasado, de la guerra, dela física, de sus objetivos profesionales y personales y de las dudas y malentendidos que surgieron a raíz de aquel misterioso encuentro.