Una investigación llevada a cabo por el Grupo de Investigación sobre Envejecimiento (GIE) de la UB, ubicado en el Parc Científic de Barcelona, muestra que el 55% de los directores de autoescuelas catalanas creen que el futuro carné de conducir por puntos será la mejor medida para reducir los accidentes de tráfico; mientras que el 41% de los jóvenes consideran más efectiva la suspensión de la licencia de conducir. Estas son algunas de los datos que se presentan en el estudio "La formación del conductor joven responsable" que, dirigido por el director del GIE Ricardo Moragas y promovido por la Fundación Abertis, se presentó el pasado 8 de julio en el marco de unas jornadas sobre la seguridad y la movilidad de los jóvenes.

El estudio del GIE contempla una encuesta realizada a directores de autoescuelas de Cataluña y alumnos de entre 18 y 30 años, además de expertos en seguridad viaria, y una revisión de otros trabajos realizados por diferentes organizaciones y que proporcionaron datos a nivel nacional e internacional. Los resultados de la encuesta muestran que el 25% de los directores de autoescuelas son partidarios de una formación más larga y profunda como sistema más eficaz para reducir la siniestralidad mientras que un 10% creen en las multas. Des del punto de vista de los jóvenes encuestados, el 32% piensa que la mejor manera de reducir los accidentes es a través del carné por puntos y el 13% son partidarios de las multas. En referencia a la puesta en funcionamiento del carné de conducir por puntos, los expertos en seguridad viaria consultados por los investigadores prevén que los accidentes se reducirán en un 15%, aunque creen que la medida será muy eficaz al principio de su implantación y que menguará con el tiempo.

En este trabajo, los investigadores han dividido las causas de los accidentes en tres tipos: el factor humano, el vehículo y las infraestructuras del sistema viario. Según los estudios analizados, sin embargo, el factor humano interviene en el 90% de los siniestros, a través de conductas como son conducir a velocidad inadecuada, consumir alcohol, no mantener la distancia de seguridad o incumplir las señales de circulación. En este sentido, el estudio muestra que gran parte de los accidentes se deben a conductas de riesgo por parte de los conductores jóvenes.

Finalmente, la investigación también denuncia que la competencia económica entre las autoescuelas ha originado una reducción de la clase practica de una hora a 45 minutos, tiempo que los investigadores consideran insuficiente. La encuesta realizada da a conocer la valoración positiva que alumnos y directores de autoescuelas hacen de la formación actual. En cambio, los profesores de autoescuelas señalan la importancia de una primera educación viaria en el entorno familiar y educativo así como un aumento del número de prácticas en la autoescuela para mejorar la formación en la conducción.

A partir de este trabajo, el grupo de investigación de la UB ha realizado un decálogo para una conducción responsable por parte de los jóvenes que incluye cumplir la normativa, tener una actitud responsable, conducir de una manera racional, así como tener prudencia y evitar factores de riesgo como son el alcohol o las drogas. También se recomienda como medidas de prevención, una conducción a velocidad adecuada, tener experiencia y destreza, una educación motivadora, una capacidad de adaptación a las circunstancies y, finalmente, controlar el vehículo.