El aumento leve de las temperaturas puede contribuir al resurgimiento de la malaria en áreas de África Oriental
El incremento de la temperatura en las zonas montañosas de África Oriental puede contribuir al aumento de casos de malaria en esta área, según un estudio publicado esta semana en la edición de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). La investigación, en la que ha participado el director del Laboratorio de Investigación del Clima del Parc Científic de Barcelona e investigador ICREA Xavier Rodó, sugiere que el papel del cambio climático en el resurgimiento de esta enfermedad no puede ser descartado.
Estudios previos ya habían propuesto que el calentamiento global podría ser el responsable de el aumento de casos de malaria en África Oriental, pero hasta ahora no se había demostrado un cambio significativo en la temperatura media de esta área. El nuevo estudio, dirigido por la investigadora de la University of Michigan Mercedes Pascual, ha analizado la temperatura entre los años 1950 y 2002 en cuatro lugares de la zona montañosa de África Oriental y ha demostrado la existencia de pequeños incrementos, de medio grado, de la temperatura. En esta zona la malaria se ha manifestado como un problema de salud pública importante y, aunque existen otros factores que determinan el aumento de la incidencia de esta enfermedad, como por ejemplo la resistencia de plaguicidas, el cambio del uso de la tierra y las migraciones humanas, los resultados de esta investigación muestran ahora la influencia del cambio climático en este caso.
Asimismo, el equipo de investigadores ha estudiado, a partir de la aplicación de un modelo matemático, las consecuencias biológicas de este incremento de temperatura. En este sentido, ha demostrado que la dinámica de población del mosquito que transmite la malaria se puede amplificar de manera grave puesto que el ciclo vital de este insecto es extraordinariamente sensible a los cambios de temperatura. En esta zona montañosa, las poblaciones de mosquitos son muy pequeñas, pero el incremento de la temperatura puede aumentar en número, y como consecuencia la transmisión de la enfermedad también se puede amplificar.
La malaria, después de haber estado eliminada casi completamente de extensas partes del planeta, todavía ahora afecta centenares de millones de personas en cualquier parte del mundo y ha ido en aumento en algunas zonas de montaña y en los márgenes de los desiertos.