Investigadores del IBEC descubren cómo identificamos los olores
El grupo de Procesamiento de Señales para Sistemas Sensoriales del Instituto de Bioenginyeria de Cataluña (IBEC) ha descubierto que la capa glomerular (la primera etapa del bulbo olfativo) –donde la información de identidad y la concentración del olor se mezclan cuando entra– es, de hecho, el origen de la increíble capacidad del sistema olfativo para identificar rápidamente los olores y, al mismo tiempo, conservar la información sobre su concentración.
El trabajo –que se publica en PlosOne (doi: 10.1371/journal.pone.0109716)– es el primero que atribuye a la capa glomerular esta importante segregación de la información en el procesamiento del olor, capa que ya era conocida por realizar otras tareas como la mejora del contraste.
«En este proceso intervienen dos tipos diferentes de neuronas: las células mitrales (MC) y las células externas en penacho (ETs). Ambos tipos celulares proyectan toda su información al córtex olfatorio (piriforme) para la decodificación. Las MCs están a cargo de codificar la identidad del olor, mientras que los ETs se centran en su concentración, pero no debido a sus diferencias morfológicas, sino a que los dos tipos de neuronas tienen diferentes formas de interactuar con la red glomerular», explica Agustín Gutiérrez, investigador senior en el grupo de IBEC y autor principal del artículo.