Nuestra dieta es un reflejo de nuestra sostenibilidad
Hablar de sostenibilidad en la alimentación, como en otras muchas facetas de la actividad humana, es hablar de soluciones interdisciplinarias y requiere una colaboración extensa de todos los actores de la cadena de valor. La sostenibilidad alimentaria engloba múltiples factores: cultura, educación, salud, justicia social, respeto por el planeta… y dada la complejidad de las relaciones económicas, sociales y medioambientales afectadas, las soluciones no son fáciles.
La coexistencia de hambre y obesidad, la sobreexplotación de los recursos naturales y la inmensa cantidad de comida derrochada en el mundo son las paradojas del sistema alimentario actual, el cual además, tiene un rol fundamental en las emisiones de gases de efecto invernadero y en la contaminación de aguas subterráneas.
En tanto que somos consumidores tenemos la capacidad de decidir el tipo de alimentos que compramos en cada época del año, su procedencia, el embalaje que le acompaña y evidentemente el uso final que hacemos. Nuestra elección es clave para disminuir los gases de efecto invernadero, fomentando el uso de productos locales y alimentos de km 0.
Seamos consumidores responsables, también a la hora de elegir la comida, orientamos nuestras decisiones hacia la disminución de la huella que dejamos en beneficio de la salud del planeta y de la propia salud.