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Un estudio revela que los bebés pueden distinguir visualmente dos lenguas distintas sin escuchar ningún sonido

By 25 de mayo de 2007noviembre 16th, 2020No Comments
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 25.05.2007

Un estudio revela que los bebés pueden distinguir visualmente dos lenguas distintas sin escuchar ningún sonido

Investigadores del Grupo de Investigación en Neurociencia Cognitiva (GRNC) de la Universidad de Barcelona, ubicado en el Parc Científic de Barcelona, han observado que los niños de entre cuatro y seis meses pueden distinguir dos idiomas diferentes observando únicamente los gestos faciales que realizan las personas cuando hablan, una habilidad que se mantiene con los años sólo en los niños que crecen en entornos bilingües. Este hecho demuestra que el bilingüismo favorece la retención de algunas capacidades perceptivas innatas. El estudio, que han llevado a cabo Núria Sebastián Gallés, Salvador Soto-Faraco y Jordi Navarra en colaboración con investigadores de la University of British Columbia de Vancouver (Canadà) se publica hoy en la revista Science (DOI: 10.1126/science.1137686).

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Las caras humanas son uno de los estímulos que más atraen la atención de los bebés, y, al igual que los adultos, los niños pueden distinguir una lengua de otra cuando la escuchan. Pero, ¿hasta qué punto los movimientos faciales que realiza una persona al hablar son relevantes para que los niños empiecen a percibir el lenguaje? Hasta ahora se creía que esta información visual tenía un papel irrelevante en la comunicación verbal, ya que la información auditiva es suficiente para procesar el lenguaje. El estudio que han llevado a cabo los investigadores del GRNC demuestra que no es así, ya que los bebés menores de seis meses pueden distinguir dos lenguas sin escuchar ningún sonido, observando únicamente cómo su interlocutor articula los vocablos cuando habla una u otra.

Esta capacidad para distinguir visualmente las lenguas varía con el tiempo y el contexto lingüístico en el que crece el niño. Así, el estudio muestra que los niños más mayores (de 8 meses) no mantienen la capacidad para distinguir lenguas visualmente, con la excepción notable de aquellos que crecen en un entorno bilingüe inglés/francés. Según afirma Salvador Soto-Faraco «La pérdida de esta capacidad de discriminación visual del lenguaje por parte de los niños monolingües menores ocho meses es un resultado curioso y, al mismo tiempo esperable, ya que es un fenómeno que se da también en otros ámbitos del desarrollo inicial del lenguaje, como, por ejemplo, la habilidad para distinguir entre ciertos fonemas que no pertenecen a la lengua materna o la capacidad para distinguir a nivel auditivo entre lenguas que no son la materna». Este declive con la edad, demuestra, según los autores del estudio, que «algunas habilidades perceptivas innatas sólo se retienen si representan una ventaja real para aprender la lengua materna.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores realizaron un estudio que consistía en mostrar a los bebés (de 4, 6 y 8 meses de edad) una serie de video-clips mudos, en los que diversos interlocutores recitaban frases extraídas del cuento «El principito» en francés o en inglés. Se utilizó un procedimiento de «habituación» en el que inicialmente todos los video-clips que se presentaban correspondían a una única lengua. Cuando el interés inicial de los niños hacia las imágenes disminuía un 60%, se consideraba que ya se habían habituado a la información visual y, entonces, seguidamente, se iniciaba la fase de test, donde se les mostraban los mismos rostros en el mismo orden pero recitando oraciones del cuento en la otra lengua.

Los resultados del estudio demostraron que los niños menores de seis meses eran capaces de percibir que los interlocutores habían cambiado de lengua, porque sus tiempos de atención hacia los video-clips eran significativamente más largos que cuando no había cambio.